10 Mitos cámaras de fotografía

¡Hola a todos! Hoy vengo a hablar claro y a desmontar algunas de las «verdades» que más se escuchan en el mundo de la fotografía. Si estás pensando en comprar una cámara, o simplemente te encanta este mundillo, seguro que has oído mil historias sobre marcas, megapíxeles y tecnologías que, para ser sinceros, muchas veces son puro cuento.

En mi día a día, y sobre todo en los comentarios de mis vídeos, me encuentro con un montón de mitos que se repiten una y otra vez. Por eso, he decidido recopilar los 10 más sonados para que no te líen y puedas elegir tu equipo con conocimiento de causa. ¡Vamos al lío!

Mito 1: «Mi marca es la mejor, y punto»

Empezamos fuerte. El fanatismo por las marcas en fotografía es casi como el del fútbol. Que si «Canon tiene los mejores colores», que si «los que saben de verdad usan Nikon» o que si «Sony es lo más top». A ver, seamos serios. Yo uso Canon, pero no porque me paguen o porque crea que es una religión. La uso porque es la herramienta que, a día de hoy, me va bien para mi trabajo y me siento cómodo con ella.

Una cámara es una herramienta, y lo importante es que cumpla con lo que necesitas. Radicalizarse con una marca solo te cierra puertas y te impide ver que, quizás, la competencia tiene algo que te podría venir de perlas. El equipo no hace al fotógrafo, así que menos fanatismo y más hacer fotones.

Mito 2: A más megapíxeles, mejor calidad de imagen

Este es un clásico. Nos han vendido que cuantos más megapíxeles, mejor se verá la foto. Falso. Mi móvil tiene 64 megapíxeles y la cámara con la que grabo mis vídeos, una Canon R6 Mark II, tiene 24. ¿Adivinas cuál da una calidad de imagen infinitamente superior? Efectivamente, la Canon.

¿Por qué? Porque la calidad no depende solo de los megapíxeles, sino del tamaño y la calidad del sensor, del rango dinámico, y sobre todo, del objetivo que le pongas delante. Más megapíxeles solo significa una cosa: un archivo más grande. Nada más.

Mito 3: Si no es Full Frame, no es profesional

Otro mantra que se repite hasta la saciedad. Pues no. Conozco a fotógrafos profesionales increíbles que trabajan con sensores APS-C o Micro 4/3 y consiguen resultados espectaculares. De hecho, para ciertas disciplinas como la fotografía de aves o deportes, el factor de recorte de estos sensores es una ventaja, porque «multiplica» el alcance de tus teleobjetivos sin gastar un dineral.

Sí, el Full Frame te da una menor profundidad de campo y es genial para retratos, pero eso no significa que no puedas hacer un trabajo profesional con otros sensores. La calidad de los sensores más pequeños hoy en día es brutal.

Mito 4: Necesitas una cámara carísima para hacer fotos de calidad

Ligado al punto anterior. ¿Un equipo más caro te facilita la vida? Sí, sin duda. Te dará mejor sistema de enfoque, más ráfaga, baterías que duran más… Pero, ¿es necesario para entregar un trabajo de alta calidad? Rotundamente no.

Puedes hacer un trabajo profesional con una cámara de 100 euros. Te costará más, perderás más tiempo (y el tiempo es dinero), pero el resultado final, para la mayoría de clientes, será indistinguible. Invierte en el equipo que necesites para trabajar cómodo y seguro, pero no creas que por gastar más tus fotos serán automáticamente mejores.

Mito 5: Las cámaras réflex están muertas

He llegado a decir que es una tecnología «obsoleta», pero de ahí a decir que están acabadas hay un trecho. Hay auténticas joyas réflex en el mercado de segunda mano, como la Nikon D750 o la Canon 5D Mark IV, que siguen siendo cámaras espectaculares capaces de producir trabajos de un nivel altísimo.

Es cierto que las marcas ya no las fabrican y que las mirrorless ofrecen ventajas tecnológicas (mejor enfoque, visores electrónicos…), pero una réflex con una buena lente sigue siendo una combinación ganadora. Si encuentras una a buen precio, es una compraza.

Mito 6: Las mirrorless son siempre más pequeñas que las réflex

Este mito tiene su lógica: al quitar el espejo y el pentaprisma, el cuerpo de la cámara puede ser más pequeño. Y al principio, era uno de los grandes argumentos de venta. Sin embargo, la realidad actual es muy distinta.

Si comparamos cámaras profesionales, como una Canon R5 o una Sony A1 con sus equivalentes réflex, la diferencia de tamaño y peso del cuerpo es mínima, e incluso a veces inexistente. ¿Por qué? Porque para tener un buen agarre, una buena batería y una buena disipación de calor, necesitas un cuerpo de cierto tamaño. Además, los objetivos para sensores Full Frame son grandes y pesados, independientemente de si son para réflex o mirrorless. Al final, el tamaño del conjunto cuerpo + objetivo es muy similar. La ventaja del tamaño se nota más en gamas de entrada o sensores más pequeños, pero en el sector profesional, es un mito que ya no se sostiene.

Mito 7: El IBIS (estabilizador) hace que no necesites trípode

El IBIS es una maravilla, no lo niego. Te permite disparar a velocidades más bajas a pulso sin que la foto salga trepidada. Para ciertas situaciones es un salvavidas. Pero de ahí a sustituir al trípode… ni de broma.

Si tu sujeto se mueve (como en mi caso, que hago fotos de personas), por mucho estabilizador que tengas, la foto saldrá movida. Y para fotografía de producto, arquitectura, o larga exposición, el trípode sigue siendo una herramienta insustituible. El IBIS ayuda, pero no hace milagros.

Mito 8: El visor electrónico es mucho peor que el óptico

Esto era verdad… hace 10 años. Los primeros visores electrónicos eran un desastre. Pero hoy en día, la tecnología ha avanzado tanto que, para mí, superan a los ópticos en casi todo. Ver en tiempo real cómo va a quedar la exposición, el balance de blancos y el resultado final antes de disparar es una comodidad increíble.

Tienen tasas de refresco altísimas y una calidad brutal. Para mí, hoy en día, el visor electrónico son todo ventajas.

Mito 9: Si mi cámara está «sellada», es impermeable

¡Cuidado con esto! Que una cámara o un objetivo estén «sellados» contra el polvo y las salpicaduras no significa que puedas bañarte con ellos. El sellado ofrece un nivel de protección, pero no los hace sumergibles. Para eso, necesitas un certificado específico (como una clasificación IP68), algo que las marcas de cámaras raramente especifican.

He tenido malas experiencias con objetivos «sellados» a los que les ha entrado polvo, así que no te fíes. Trata tu equipo con cuidado y, a no ser que el fabricante diga explícitamente que puedes meterla bajo el agua, ¡no lo hagas!

Mito 10: Sony tiene el mejor sistema de enfoque

Sony fue pionera y, durante años, su sistema de enfoque al ojo fue muy superior al de la competencia. Hay que reconocérselo. Pero las cosas han cambiado. Hoy en día, el sistema de enfoque de marcas como Canon ha alcanzado un nivel tan absurdamente bueno que las diferencias son, para la mayoría de los mortales, inapreciables.

Con mi Canon, puedo disparar casi sin mirar sabiendo que el foco va a estar clavado el 99% de las veces. ¿Puede que Sony sea una milésima de segundo más rápido en una situación súper específica? Quizás. Pero hemos llegado a un punto en que ha dejado de ser un argumento de venta decisivo.

Lo más importante El equipo NO es lo que cuenta

Este es el resumen de todos los demás. La mejor cámara es la que tienes y sabes usar. Céntrate en aprender de composición, de luz y en dominar tu equipo. Esa es la única verdad que te hará mejorar como fotógrafo.

Espero que desmontar estos mitos te haya ayudado. Si se te ocurre alguno más que se me haya escapado, ¡déjamelo en los comentarios

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